Estuve al rededor de 1 año pagando una suscripción de Mailshake sin darme cuenta. Hace tiempo lo había dejado de utilizar pero se seguían cobrando $59 por mes automaticamente de la tarjeta.
Las empresas no son monstruos, quienes trabajan en atención al cliente son personas como tu y como yo. Y muchas veces si te acercas a ellas con las palabras correctas puedes obtener un beneficio que normalmente no ofrecen.
En este caso contacté a Mailshake para solicitar un reembolso por estos $600 que pagué mientras no utilizaba la aplicación.
Su respuesta, como imaginaba, es que no podían hacer dicho reembolso porque sus políticas no funcionaban así.
Específicamente me dijo “no hay nada que pueda hacer”.
Este fue mi siguiente correo:
La conversación original fue en Inglés, el Google Translate no hizo muy bien su trabajo jaja.
La idea de este correo no era decirle a Iva todos los “por qué” era justo que me devolvieran el dinero. Ni ponerme en lugar de la víctima diciendo lo malos que eran si no lo hacían.
En cambio mostrarle a Iva como yo veía la situación desde mi lado. Sin explicarle los “por qué”, ella y cualquiera que lea la conversación tiene claros los “por qué”.
Pero lo más importante fue preguntarle a ella que piensa al respecto de como yo estoy viendo la situación.
¿Qué va a pensar una persona como tu y como yo? Es muy probable que la persona pueda pensar “es cierto que es un poco injusto”.
Una vez que la persona se toma un minuto para pensar y ponerse en mi lugar, es más probable que pueda querer dar un paso más
“¿Hay algo que yo pueda hacer para ayudar?“
No conseguí el objetivo de obtener los $600 de vuelta. Pero Iva fue tan amable de reembolsarme una parte, tres meses por un total de $177.
Alguien que estudie negociación seguro sacaría el doble, o incluso el reembolso total.
Si te interesa el aprender a negociar un buen lugar para empezar es googlear a Chris Voss. Un ex negociador de rehenes del FBI y coautor del libro “Never Split the Difference.”