En algunos contextos y para algunas personalidades donde los incentivos no surgen el efecto deseado, los desincentivos (esas consecuencias autoimpuestas que emergen cuando no alcanzamos nuestros objetivos) pueden ser el salvavidas que tanto necesitas.
La verdadera razón que prohíbe a las personas alcanzar sus metas financieras, no es la falta de un plan, no es la falta de consejos, no es la falta de posibilidades, ni siquiera es la falta de inteligencia.